30 de julio de 2011

...

Pasa todo tan jodidamente deprisa que al final no sabes ni lo que dijiste ni lo que no. No sabes ni si escuchaste bien o no. Pero en ese momento da igual: solo quieres soltarlo todo, decir tu verdad. 
Hablas sin sentido, no escuchas, gritas... y luego viene el arrepentimiento. Te pone el puto enano verde un sello en la cabeza que dice: culpable.
Y ya no sabes si lloras de rabia, de dolor, de miedo, de culpa o de todas las cosas a la vez.
Y ahora el puto dilema: llamar no llamar. Aún sigues odiando por dentro, pero cada vez te sientes peor y solo quieres solucionarlo todo.
Putos sentimientos, ¿porqué no vendremos con instrucciones, joder?
Puta imbecilidad...

2 comentarios:

  1. Si fuese tan fácil, no tendrían gracia las cosas y cualquiera podría ser pareja de cualquiera. Esas pequeñas frases, soltadas sin pensar, que en su momento llegan incluso a hacer daño, terminan siendo las raíces de una relación.
    Pa que quieres instrucciones, si seguro que no has leído ni como quitarle el sonido a la cámara de tu móvil???

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  2. No crees que si esas frases que hacen daño no existieran nos ahorraríamos muchos disgustos? Yo soy una chica que siente mucho las cosas. Cuando estoy mal, estoy fatal, y cuando estoy bien todo es genial. No tengo un punto medio. Y en esas ocasiones, en las que no todo va bien, estaría bien tener un manual en el que dijera cómo puedes solucionar las cosas sin pasar ese mal trago.

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