28 de agosto de 2011

Don't give up

Se me encendió la lucecita. Esa luz que tengo cuando piso el freno y me sale encima de la cabeza un cartel que parpadea y dice: "dame una sola pista de cómo hacerlo". Ese cartel que me diga cómo hacer que pase esto. Un cartel de auxilio. El mismo auxilio que necesitas tu. Quizá sea paradójico, ¿no?.

Ya lo dije anteriormente: hay algo que nunca sabré hacer. Y no es que me conforme, es que a los hechos me remito. Tengo una tara. ¿Que tengo cosas mejores? Mmm, sí probablemente algo tenga bueno, ¿no? Pero ¿qué más da eso?. El fallo que tengo no es ni sustituible ni reemplazable por nada. Si quiero hacer una tortilla de patatas y no tengo patatas, ya no será una tortilla de patatas...

En fin no sé. Divagaciones y miedos racionales que me amedrentan y que no me dejan dormir. Expresiones que me aturullan y que revolotean en mi habitación. En esa habitación que ahora mismo hace las veces de una caja sonora. Las palabras retumban de una pared a otra sin ninguna dirección fija ni exacta y si no tengo cuidado y me agacho, me dan de bruces. Y lo hacen porque no hay luz. Porque aunque lleve mi cartelito, si el cartel no tiene una flecha que me indique, yo no sé donde ir. Porque me pierdo en mi más exitosa insensatez. Porque, por decirlo así, estoy hecha a medias.

La caja de Pandora

Anoche fui partícipe de una reyerta en la que nadie conocía a nadie y todo el mundo se atrevía a opinar. Sí, vamos a llamarlo opinar.
La cosa comenzó cuando en Twitter, el TT era “perdón por ser catalán” y yo retuiteé algunos que me hicieron gracia. Desde ese momento la historia empezó a desvariar. Con una cierta ironía y esa superioridad moral que todos tenemos, poco menos que me dijeron que aprendiera a leer, que lo que retuiteé era irónico y se rieron porque creyeron que no lo entendí bien. Yo contesté que lo había entendido, y que el motivo de mi retuit era simplemente para que la gente viera como “sois los catalufos =)”. Oh, ¡dios mio!, En qué momento escribí “catalufo” con todas las letras:   C A T A L U F O. Cada uno le pone el tono que quiere a lo que lee, y más en internet, donde no hay matiz alguno.

Así pues, comenzaron a meterse conmigo, que si tendría 16 años, que si no sé nada de la vida (obviamente me queda mucho por aprender), que si “se habrá quedado calva de tanto pensar”... en fin, lo normal en este tipo de casos. Mal hecho por mi, y quizá por un intento de desahogo, entré al trapo. A todo esto, hacían retiuts de lo que yo escribía y otra chica (obviamente de las que se ofenden con aquella palabra) dijo: ¿porqué no? Yo me me meto también, que están tocando lo mío.

Y así sucesivamente. Hasta las dos de la madrugada estuve discutiendo -junto con Lorena y otra chica a la que atacaron y conocí por Twitter- con unas cuatro personas, que no dejaban de meterse con nosotras, pero claro, ¡los ofendidos ellos!. Daba igual lo que les preguntases: ¿porqué queréis la independencia? -preguntó Lorena-. La respuesta aún la sigue esperando. El caso era que te intentaran hacer quedar como una “choni" como nos calificaron a las tres esta mañana un señor del cual no sabía su existencia, y un señor el cual ayer no estaba en la reyerta. También me llamaron nazi. Me dijeron que leyera más (no se preocupen, que lo haré) y alardearon de cuán listos eran por ser catalanes, vivir allí y conocer SU historia.

Me llamaron facha por envidiar un país en el que pudiera salir, si me viniera en gana, con mi bandera un día en el que no ganara el mundial mi país. Como no, qué fácil es llamar facha a alguien que no piensa como tú. Y también me llamaron simplista y absurda. Y todo esto por llamarles catalufos.
Una chica que no estaba en el ajo, me preguntó si no me molestaría que me llamaran “españolufa”. ¿Debería molestarme porque me llamaran por lo que soy? El problema aquí es que si dices lo que eres, malo.

Pues sí, señores y señoras, soy española, españolita o españolista, como lo queráis llamar. Así lo pone en mi DNI y en el vuestro también. Soy española y madrileña y no me avergüenza serlo. Y si tanto queréis a vuestra tierra, ¿porqué os ofendéis tanto cuando os llaman así? ¿Porqué sentirse tan ofendidos cuando solo os definen? ¿porqué atacar cuando yo expongo mi opinión? Es que claro, aquí se entiende lo que uno quiere. En proporción: ¿cuanta gente estudia fuera de España catalán y cuanta Español/Castellano? Porqué será que la mayoría lo que estudia es Español y no catalán. Pero claro, el caso es llamarte inculta y decirte: “claro que fuera lo estudian, es el idioma oficial en Andorra...” Muchas gracias, licenciados, pero lo que yo dije no fue eso. Aquí todos sabemos darle la vuelta a la tortilla.

Intentabas poner paz y decir: hablemos como personas civilizadas. ¿Civilizadas? ¿Qué es eso? Te llamaban neanderthal y facha si decías algo. Luego, si leías sus tweets hablaban de ti con otros diciendo que vaya mierda de educación que cualquiera puede entrar en la universidad sin tener ni puta idea. Claro, ni puta idea porque no dices lo que ellos piensan. Pero claro, como ellos son un ser todopoderoso... como nacieron sabiendo, ¿verdad?.

Me encanta ver como todo el mundo sabe todo. Como lo que yo digo tiene que ser lo que ES y lo que piensas tu, por ser quien eres, no tiene validez. Todo es blanco o negro. Siempre hay un bueno y un malo. No hay un "Sí, hay un poco de locura en lo que se refiere a la independencia” o “vale, para ti es tu idioma pero yo no lo veo así”. Aquí tenemos que ser radicales, que si no se me suben a la chepa los “españolitos” y me quitan lo que es mío.

A uno de estos señores, se le llenaba la boca pidiendo respeto -creo que intentaba que me disculpase por lo de catalufo...- pero luego fue él quien me llamó niñata, facha, simplista, absurda, choni, gilipollas y nazi. Al fin y al cabo, siempre les sale ese carácter tan español de bordería y de insultar cuando no te dan la razón.

En fin, que si lo hago yo soy una facha mala que habla de lo que no sabe, y si lo hacen ellos luchan por su patria y defienden su tradición milenaria. Así somos en España: renegando de lo que somos. ¡Que viva la libertad de expresión y las conversaciones “respetuosas”!

Y así es como abrí la caja de Pandora...

25 de agosto de 2011

¡F€licidades LidLid!

F€LICIDADES LIDIA!! 

Quería aprovechar esta oportunidad para darte las gracias por haberme mandado ese correo que ha hecho que volvamos a recordar viejos momentos como nuestro descubrimiento "€", el "capiemus mundum" del que tanto me acordé, esas tardes en la biblioteca que daban para mucho: reír,  citar alguna que otra frase religiosa mientras lanzabas agua al suelo como si lo estuvieras bendiciendo. Nuestro fondo común para comprar chuches y compartir chicles, tus sandwich de pechuga de pavo, mis zumitos de frutas y leche y todas esas veces que tuvimos que ir al baño corriendo porque nos moríamos de la risa en la biblioteca.

Me acuerdo de las clases de latín en las que la profesora nos dejaba solos y nos poníamos a bailar mientras escribíamos los ejercicios en la pizarra. O cuando nos decía "Natalia, traduce" "ya.. es que, no lo tengo hecho" "bueno, pues Lidia traduce" "mmm, yo tampoco lo tengo" jajajajaja y también recuerdo esos intentos de querer hacer la traducción en el biblio, coger el diccionario, apuntar el significado de las palabras y luego no poder ni enlazar tres de ellas. Nos lo pasábamos bien juntas.


Espero que cuando vuelvas podamos quedar y contarnos todo lo que nos ha pasado en un año, que seguro ha dado para mucho. Y espero que volvamos a pasar las tardes en el parque o en el Norte comiendo pipas aguasal, chuches, palomitas, dejando pasar las horas mientras nos hacemos fotos absurdas.

Pásalo muy bien guapa, disfruta de tus más que bien llevados 19 años, sé feliz y que yo lo vea! Muchos besitos guapa y...
¡¡Feliz, feliz SI cumpleaños!! =D

23 de agosto de 2011

Es la mujer

Es la mujer del hombre lo más bueno,
y locura decir que lo más malo,
su vida suele ser y su regalo,
su muerte suele ser y su veneno.


Cielo a los ojos, cándido y sereno,
que muchas veces al infierno igualo,
por bueno, al Mundo, su valor señalo;
por malo, al hombre, su rigor condeno.


Ella nos da su sangre, ella nos cría;
no ha hecho el Cielo cosa más ingrata;
es un ángel y a veces una arpía.


Quiere, aborrece, trata bien, maltrata,
y es la mujer, en fin, como sangría,
que a veces da salud y a veces mata.


Lope de Vega

21 de agosto de 2011

Disfruta

Seguro que os ha pasado a vosotros también. Es verano y hace un calor terrible cuando, sin previo aviso, se pone a llover. Al contrario de lo que hubiera sucedido en invierno, te quedas impávido bajo la lluvia: te da igual si el pelo se moja, si sientes frío en tus piernas, si tu ropa se carga de agua. Porque es eso precisamente lo que hace que este momento sea especial. Estás bajo la lluvia porque quieres sentir las gotas de aguas frías, porque no te importa si todos te miran y te creen loca por estar bajo la lluvia. Te da igual escurrirte con las chanclas al andar, que tus mejillas se empapen o que estornudes a la noche. Da igual si entras en casa chapoteando y estrujando el agua de tu camiseta.

Son preciosas las tormentas de verano. ¿Qué más da si te mojas? Hace un instante te quejabas del calor que hace y ahora te mojas. Es una solución a tu problema. ¿Porqué andar escondiéndose bajo el resquicio de una terraza, cuando puedes caminar tú sola por la hierba sintiéndote feliz por estar calada? ¿Porqué limitarte a ver la tormenta y los relámpagos desde tu ventana si puedes hacerlo a gran escala?
Es algo que nunca entenderé: el año pasado estando en la orilla del mar comenzó a llover. Todos corrieron despavoridos desde mar hacia sus toalla, recogieron los bártulos y corrieron a cobijarse. ¿Porqué no te importa mojarte en el mar y cuando comienza a llover sales corriendo porque “se mojan las cosas”? ¿Acaso no mojarás tu toalla cuando vayas a secarte con ella?.

Disfruta de una tormenta de verano. Disfruta de ese momento de frescor y pequeña locura. De ese tiempo muerto que te da el sol y el viento acalorado. Del olor a humedad, de las hojas chocándose unas con otras. Simplemente sé feliz sintiendo frío en tu cuerpo, en agosto, en tu piel...
Disfruta.

La Guerra de los Dos mil años

Os hablaré de la mayor guerra jamás vista. La guerra más sangrienta y más dolorosa.
Tus enemigos, como todos, esperan a la noche, a que estés distraído, para atacarte con su espada venenosa de doble filo. Te vigilan, investigan la zona  y planean sobre ti para ir directamente a tu talón de Aquiles.
        
Nunca matan a sus víctimas, prefieren dejarlas moribundas para que sepan hasta qué punto pueden abusar de ti. Eligen a sus vasallos cuidadosamente, los seleccionan por sus características, beben de su sangre.
Se trata de la guerra de los mosquitos. Esa guerra de la que todos somos partícipes y en la que cada uno es responsable de su propio destino. Estos mosquitos te chupan la sangre, te exprimen hasta que dejan su marca en tu piel.Yo sé perfectamente cómo es el proceso: revolotean sobre ti atemorizándote, amagan varias veces hasta que de repente sientes un pinchacito que, segundos más tarde, pasa a ser un picor insoportable mezclado con una sensación de quemazón justo en esa misma zona. Tú, en un intento de calmar aquél dolor, te rascas desesperadamente y entonces esa horrible sensación pasa a ser doblemente inquietante.

Estando en tu cama empiezas a pensar si habrá un bicho entre tus sábanas. Comienzas a darle vueltas al asunto y pasas de un sueño a una pesadilla: ya no podrás dormir esa noche. Al rato te levantas, vas al baño y ves tus primeras cuatro picaduras y la reacción que ellas provocan en ti. Intentas calmar la zona sin ningún éxito y te dices y repites: “no pasa nada, no me pica”. Cambias de cama en un intento de solucionar el problema del bicho entre las sábanas pero no piensas en que los mosquitos son más listos que tu: te seguirán hasta sacarte todo el néctar.
           
Y así ocurre, que cambias de cama y todo sigue igual. Al rato experimentes la misma sensación, así que ya sabes que no es problema de tus sábanas, es el puto bicho que está guerrero. Resultado del cambio: tres picaduras más, la mano hinchada y una noche sin poder conciliar el sueño.

Menudo festín para los o el mosquito. Seguro que ahora está tranquilamente en Mosquitolandia, fumándose un puro, acariciándose la barriga y eructando mi sangre. Pero que no cante victoria: se habrá impregnado del Rioja que bebí antes de ayer, no le quedará mucho de vida a esa perra mala, porque, encima, los putos mosquitos resultan que son mosquitas. La envidia de la hembra siempre latente.

Y así es la historia de los mosquitos, una historia que seguro que empezó en día de la pasión de Cristo, -seguro que a él también le picaron mientras llevaba la cruz a cuestas, si con tal de joder hacen lo que sea- una historia en la que siempre están en guerra, en la que siempre ganan ellos. Da igual que uses cremas que los repelan, ambientadores que aseguren su muerte... les da igual, seguro que alguno te alcanza y te absorbe por dentro. 

17 de agosto de 2011

Con la A

Asustar
Amanecer
Arriba
Adelante
A tu lado
Alianza
A contracorriente
Anochecer
Así
Aquiles
Acariciar
Año
Acoger
Abrazar
Arropar
Aconsejar
Arenas
...
AMOR

8 de agosto de 2011

Te echaré de menos, Juampablito

Simplemente te echaré de menos. Echaré de menos tu manita en mi rodilla cuando conduces. Ir contigo al gimnasio y saltar encima de ti para que me cojas a caballito.
Echaré de menos tus tweets y retuits, ver la luz naranja en el messenger parpadeando. Ir contigo a comprar carne roja, fruta. Pasear a Zar por el Parque Norte...

Echaré de menos tumbarme en tu cama mientras tu escribes o lees. La forma en la que me despiertas y tu sonrisa cuando me dices: “bebé marmota, ¿Qué tal has mimido?”. Echaré de menos tus cenas ricas con verduras y carne, tus ensaladas, la fruta que compartimos. Tumbarnos en tu cama a ver una peli o una serie, los dos abrazados y haciéndonos mimos. Trasnochar contigo y llegar a casa a las 4 de la mañana después de que me digas que me quieres.


Extrañaré comerme los helados a medias contigo, los Mcflurrys de oreo. Los paseos por Madrid los fines de semana. El calor del vino, los brindis, el jamón ibérico (o serrano jeje). Ir contigo cogida de la mano disfrutando de un paseo por cualquier lugar de Madrid.

Echaré de menos la cara de niño pequeño enfadado, que ronronees por los mimos que te doy. Los besos de mariposa, de vaca, de iguana, de esquimal, nuestros besos...

Simplemente echaré de menos saber que no estás enfrente de mi casa. Que saldré del portal y no veré tu coche, ni te veré acercarte a mi. Morderte los brazos, el cuello, la cabeza. Echaré de menos tu presencia a mi lado, tus abrazos, el olor de tu colonia, frotarte la espalda en la ducha, darte un beso, tus bromas, tu risa…

Te echaré mucho de menos, Juampablito. Espero que no te olvides de mi en esta semanita.
Te quiero mucho… Mucho

3 de agosto de 2011

Grandes miedos

Es curioso el miedo que nos entra cuando nos vamos a separar de alguien querido durante un tiempo. Te empiezas a preguntar si te echará de menos, si se acordará de ti a cada instante, si esperará con el móvil en la mano por si le llamas. Piensas que saldrá por ahí con los amigos y te lo imaginas riendo y pasándolo bien mientras tu miras a la nada.
Luego recreas el reencuentro: ¿me verá más gorda, más fea? ¿Le habré dejado de gustar en este tiempo? ¿Estará deseando besarme y abrazarme? ¿Qué pensará mientras me acerco a él? ¿Habrá cambiado algo en estos días...?

Miles de preguntas, que si lo piensas bien, no tienen consistencia. Te has ido una semana, a lo mucho diez días. En diez días no se puede olvidar un sentimiento... o eso quiero creer. En diez días no se olvidan cinco años, ni todos los besos, los te quiero, las risas... No se olvidan, no.
Además de todas esas preguntas te sientes culpable: eres tú quien se fue y claro, ¿porqué no decidiste quedarte? Pero te consuelas pensado que también es bueno echar de menos a esa persona. Alejarte un poco y luego pegarle un gran achuchón.

Siempre me acordaré de nuestras despedidas de verano, de tus quiero suaves y dulces, de tus besos tiernos y calientes, de tus lágrimas de felicidad y tristeza. De cómo lloramos el año pasado cuando entraba por el detector de metales de Atocha. De los mensajes y de tu llamada llena de ese sentimiento tan raro que se produce cuando pasas días y días al lado de tu amor, 24 horas al día. Día y noche. Y de repente entras en un sentimiento de soledad, de creer escuchar su sonrisa, girar la cabeza y ver que no está.
Y cuando digo que siempre los recordaré es porque siempre te recordaré. Porque siempre te pienso.

Pero lo más curioso de todo esto es que piensas: ¿Le sucederá a él lo mismo? ¿Se pasará las noches cavilando si pienso en él? ¿Qué le pasa por la cabeza cuando está solo, en su más absoluta y estruendosa soledad? Y: ¿porqué no lo iba a hacer, si él te quiere también?

Grandes miedos que tiene sentido para los que sienten el amor.

Nunca

Mario Benedetti:


"No te rindas, aún estás a tiempo
De alcanzar y comenzar de nuevo,
Aceptar tus sombras,
Enterrar tus miedos,
Liberar el lastre,
Retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,
Continuar el viaje,
Perseguir tus sueños,
Destrabar el tiempo,
Correr los escombros,
Y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,

Aunque el sol se esconda,
Y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma
Aún hay vida en tus sueños.
Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo
Porque lo has querido y porque te quiero
Porque existe el vino y el amor, es cierto.
Porque no hay heridas que no cure el tiempo.
Abrir las puertas,
Quitar los cerrojos,
Abandonar las murallas que te protegieron,
Vivir la vida y aceptar el reto,
Recuperar la risa,
Ensayar un canto,
Bajar la guardia y extender las manos
Desplegar las alas
E intentar de nuevo,
Celebrar la vida y retomar los cielos.
No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se ponga y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma,
Aún hay vida en tus sueños
Porque cada día es un comienzo nuevo,
Porque esta es la hora y el mejor momento.
Porque no estás solo, porque yo te quiero"

¿Porqu€ no?

Sí, creo que es el momento.
Creo que llegó la hora de que todo vuelva a empezar, de que vayamos poco a poco a retomar la confianza. Es el momento de pensar en el mañana, no en el ayer. Dejar de lado el "no hiciste, no dijiste". Una vez asumida la culpa y habiendo tenido una larga jornada de reflexión, ¿porqué no volver a empezar otra vez? (como decía el anuncio de el corte inglés).

Sé que necesitas una parte de mi, al igual que yo necesito una parte de ti. Sabemos que nos hemos buscado  a escondidas. Necesitábamos esto: que alguna levantara la dichosa espita para volver a recordar el "capiemus mundum" que una vez tanto nos hizo reír. Lo hiciste tú y gracias, me hizo ilusión volver a saber de ti.
Sí, te eché de menos. Sí, me dio miedo pensar que ya habías olvidado esas bolas de papel albal de mi estantería en las que pone "Lid" y "Na".

Sí, creo que es el momento para estar ahí, para mejor lo anterior... Si siempre hacen segundas partes de películas, ¿porqué no tener la nuestra propia?