27 de febrero de 2013

T.G.A

Siempre me acuerdo de ti. Siempre. Cuando me siento mal, cuando río, cuando veo a cualquier persona mayor. Ahí estás tú, con tu piel blanca y tus ojos pequeños y redondos. Con tu carita llena de lunares y tus manos pequeñas, frías, temblorosas. Con tu risa y tu sonrisa, con ese amor que solo una bisabuela sabe dar.

Nos enseñaste a todo que hay que luchar. Que aunque sea la peor época de los tiempos, siempre hay que seguir adelante, luchar por lo tuyo, y por los tuyos. Nunca te rendiste. Nunca. Excepto hace hoy tres años. Aquél día lluvioso decidiste que estabas demasiado cansada para seguir luchando. Creíste que ya no tenías a nadie más a quien cuidar. Tres generaciones son demasiadas.

Todos los días de la semana paso por delante del último sitio donde te vi en vida. Hoy me ha costado mirar. Pero luego siempre pienso que hasta ese último día presumiste de mi. Siempre me quedará aquél recuerdo, aquél beso, aquél "hasta luego hija, ve con Dios".

Prometo no olvidarte nunca. Tu prometeme que me cuidarás siempre, como hiciste durante esos 19 años.

Te echo muchísimo de menos. Ojalá, ojalá pudiera vovlerte a ver. Te quiero, Bisa, te quiero.


"Yo soy la resurrección y la vida. El que ejerce fe en mí aunque miera, llegará a vivir".
27.2.2010-27.2.2013.
T.G.A



De aquí a la eternidad...

No hay comentarios:

Publicar un comentario