19 de mayo de 2013

Más que una declaración de amor.

El amor. Algo  tan difícil de explicar...

El primer amor. La primera vez que sientes que necesitas a esa persona. La primera vez que echas de menos de verdad. La única vez -probablemente- que querrás a nadie sin medidas, sin medias tintas. Dándolo todo a ciegas. La primera vez que sientes cómo duele el amor.

Hace casi siete años que empecé a descubrir lo que era eso: el amor. La necesidad de tenerlo a tu lado siempre, aunque sepas que está a 109 pasos. La necesidad de que te abrace, te mime, te de besos, te acaricie. Escuchar palabras bonitas. Que te sonría y te diga lo guapa que estás, aunque no vayas arreglada. 

Es esa sensación de sentirse especial. Estar los dos solos en una habitación viendo películas toda la tarde y que el tiempo pase volando a su lado. Los dos tumbados dándonos caricias. Apoyar mi cabeza en su pecho y oír sus latidos. 
Y echar la vista atrás y ver todo el camino recorrido. Pensar en los malos momentos y que queden sepultados por los "Te quiero" "Te echo de menos"... Porque eso es lo importante: sobrepasar los malos momentos y saber disfrutar de lo bueno que te da la vida. De lo bueno que te da él. Disfrutar de él y su compañía. De su voz. Sus manos. Sus labios. De sus miradas que, a veces, transmiten más que toda una declaración de amor.

Es difícil explicarlo. Y quizá nadie sintamos lo mismo cuando estamos cerca de la misma persona. Eso es lo bonito. Que por mucho que intentemos explicarlo nadie nunca sabrá lo que realmente sientes. Es mágico. Único. Es tuyo. Solo tuyo.

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