27 de febrero de 2012

Teresa García Antequera.

"Yo soy la resurrección y la vida. El que ejerce fe en mi aunque muera, llegará a vivir." 
Juan 11:25

Hoy hace dos años que te perdí y te puedo asegurar que no me he olvidado de ti. Te echo tantísimo de menos. Cada vez que subo a tu casa me siento en tu sitio, solo para intentar sentirte. Miro de refilón a tu  habitación por si te veo sentada en la cama buscando dinero en tu "taleguilla" para darnos algo. Echo de menos tu sonrisa y que me mires con esa dulzura y ternura que tenías.

No sé, son tantas cosas las que echo en falta de ti... tus comidas echas con tanto amor, que te rías a carcajadas, tus manos frías, tus besos, tus preciosas despedidas cada vez que salía por la puerta de tu casa: "Andar con Dios", decías. Ahora esa frase la estoy haciendo mía. Me parece tan tierna.
Cuando yo era pequeña desarrollaste una gran paciencia conmigo para que me comiera toda la comida. Siempre nos dabas bolas de anís cuando íbamos a comer toda la familia a casa. Me pedías que te cogiera galletas a escondidas para que la abuela no te regañase. He sido tu cómplice, Bisa. Incluso me leías pasajes de la biblia mientras subrayabas todo con un lápiz de dos colores -azul y rojo-. Aprendiste a leer y a escribir cuando ya eras mayor, porque querías cultivarte. Haz luchado tanto...

He llorando tanto, Bisa. Me duele tanto no tenerte... Pero cuando me siento sola, o cuando necesito ayuda siempre miro al cielo -aunque suene a tópico- y busco una estrella que siempre hay al lado de la luna. Es la estrella que más brilla en todo el cielo. Y sé que eres tú.

Una vida de alegría y sufrimiento al intentar sacar adelante a tu familia. Llegaste a Madrid sin saber cómo, con una mano delante y otra detrás. Trabajaste duro para conseguir unas "perrillas" y conseguiste que te llegara a conocer. Cuidaste a tres generaciones, bisa, y eso no lo  hace todo el mundo. Eres una auténtica heroína.

Pero hace dos años, el 27 de febrero de 2010, sábado lluvioso y con 93 años, decidiste que este mundo ya no era para ti, y te fuiste de la forma que siempre quisiste: en tu cama, mientras dormías, sin darte cuenta. En silencio, pero con tu hija al lado. Recuerdo que yo estaba en la biblioteca estudiando Historia, cuando de repente me vibró el móvil y era mi madre. No me lo podía creer, justo el domingo iba a subir a darte un beso y tu ya te habías ido, sin despedirte. Pero me quedo con tus palabras la última vez que te vi: un te quiero y un "¿has visto que biznieta más guapa tengo?". Siempre presumías de todos tus biznietos. Quizá esa fuera tu forma de decirme adiós...

Tú me has criado. Siempre has cuidado de todos nosotros. Por eso no te voy a olvidar nunca. Y nunca significa nunca.

Te quiero mucho Teresa García Antequera, mi Bisa.

10 de febrero de 2012

Verdaderamente...

"Verdaderamente..., los catalanes han menester ver más mundo que Cataluña
El Conde-duque de Olivares al Conde de Santa Coloma, 29 de febrero de 1640 



John Elliott, La rebelión de los catalanes (1598-1640).

8 de febrero de 2012