Anoche fui partícipe de una reyerta en la que nadie conocía a nadie y todo el mundo se atrevía a opinar. Sí, vamos a llamarlo opinar.
La cosa comenzó cuando en Twitter, el TT era “perdón por ser catalán” y yo retuiteé algunos que me hicieron gracia. Desde ese momento la historia empezó a desvariar. Con una cierta ironía y esa superioridad moral que todos tenemos, poco menos que me dijeron que aprendiera a leer, que lo que retuiteé era irónico y se rieron porque creyeron que no lo entendí bien. Yo contesté que lo había entendido, y que el motivo de mi retuit era simplemente para que la gente viera como “sois los catalufos =)”. Oh, ¡dios mio!, En qué momento escribí “catalufo” con todas las letras: C A T A L U F O. Cada uno le pone el tono que quiere a lo que lee, y más en internet, donde no hay matiz alguno.
Así pues, comenzaron a meterse conmigo, que si tendría 16 años, que si no sé nada de la vida (obviamente me queda mucho por aprender), que si “se habrá quedado calva de tanto pensar”... en fin, lo normal en este tipo de casos. Mal hecho por mi, y quizá por un intento de desahogo, entré al trapo. A todo esto, hacían retiuts de lo que yo escribía y otra chica (obviamente de las que se ofenden con aquella palabra) dijo: ¿porqué no? Yo me me meto también, que están tocando lo mío.
Y así sucesivamente. Hasta las dos de la madrugada estuve discutiendo -junto con Lorena y otra chica a la que atacaron y conocí por Twitter- con unas cuatro personas, que no dejaban de meterse con nosotras, pero claro, ¡los ofendidos ellos!. Daba igual lo que les preguntases: ¿porqué queréis la independencia? -preguntó Lorena-. La respuesta aún la sigue esperando. El caso era que te intentaran hacer quedar como una “choni" como nos calificaron a las tres esta mañana un señor del cual no sabía su existencia, y un señor el cual ayer no estaba en la reyerta. También me llamaron nazi. Me dijeron que leyera más (no se preocupen, que lo haré) y alardearon de cuán listos eran por ser catalanes, vivir allí y conocer SU historia.
Me llamaron facha por envidiar un país en el que pudiera salir, si me viniera en gana, con mi bandera un día en el que no ganara el mundial mi país. Como no, qué fácil es llamar facha a alguien que no piensa como tú. Y también me llamaron simplista y absurda. Y todo esto por llamarles catalufos.
Una chica que no estaba en el ajo, me preguntó si no me molestaría que me llamaran “españolufa”. ¿Debería molestarme porque me llamaran por lo que soy? El problema aquí es que si dices lo que eres, malo.
Pues sí, señores y señoras, soy española, españolita o españolista, como lo queráis llamar. Así lo pone en mi DNI y en el vuestro también. Soy española y madrileña y no me avergüenza serlo. Y si tanto queréis a vuestra tierra, ¿porqué os ofendéis tanto cuando os llaman así? ¿Porqué sentirse tan ofendidos cuando solo os definen? ¿porqué atacar cuando yo expongo mi opinión? Es que claro, aquí se entiende lo que uno quiere. En proporción: ¿cuanta gente estudia fuera de España catalán y cuanta Español/Castellano? Porqué será que la mayoría lo que estudia es Español y no catalán. Pero claro, el caso es llamarte inculta y decirte: “claro que fuera lo estudian, es el idioma oficial en Andorra...” Muchas gracias, licenciados, pero lo que yo dije no fue eso. Aquí todos sabemos darle la vuelta a la tortilla.
Intentabas poner paz y decir: hablemos como personas civilizadas. ¿Civilizadas? ¿Qué es eso? Te llamaban neanderthal y facha si decías algo. Luego, si leías sus tweets hablaban de ti con otros diciendo que vaya mierda de educación que cualquiera puede entrar en la universidad sin tener ni puta idea. Claro, ni puta idea porque no dices lo que ellos piensan. Pero claro, como ellos son un ser todopoderoso... como nacieron sabiendo, ¿verdad?.
Me encanta ver como todo el mundo sabe todo. Como lo que yo digo tiene que ser lo que ES y lo que piensas tu, por ser quien eres, no tiene validez. Todo es blanco o negro. Siempre hay un bueno y un malo. No hay un "Sí, hay un poco de locura en lo que se refiere a la independencia” o “vale, para ti es tu idioma pero yo no lo veo así”. Aquí tenemos que ser radicales, que si no se me suben a la chepa los “españolitos” y me quitan lo que es mío.
A uno de estos señores, se le llenaba la boca pidiendo respeto -creo que intentaba que me disculpase por lo de catalufo...- pero luego fue él quien me llamó niñata, facha, simplista, absurda, choni, gilipollas y nazi. Al fin y al cabo, siempre les sale ese carácter tan español de bordería y de insultar cuando no te dan la razón.
En fin, que si lo hago yo soy una facha mala que habla de lo que no sabe, y si lo hacen ellos luchan por su patria y defienden su tradición milenaria. Así somos en España: renegando de lo que somos. ¡Que viva la libertad de expresión y las conversaciones “respetuosas”!
Y así es como abrí la caja de Pandora...